Lo que tenemos son dos observadores cada uno en un sistema:
- Cuando los dos sistemas se mueven de forma sincronizada, no importa la velocidad de ese movimiento, los dos están de acuerdo; los dos ven sus metros y sus relojes, los propios y los del otro observador, sin ningún problema y sus mediciones coinciden.
- Si cambiamos la dirección de nuestro movimiento (solo la dirección), al observador del otro sistema le diremos que su tiempo se dilata y que su metro ya no mide un metro sino noventa centímetros. Él nos podrá decir que su metro sigue midiendo un metro y que es nuestro metro el que mide noventa centímetros y es en nosotros donde el tiempo pasa más despacio.
- Cuando los dos sistemas vuelven a sincronizar su movimiento, nuevamente, ambos observadores volverán a estar de acuerdo, los metros y los relojes de sus observados volverán a coincidir.
Si veo a mi hermano gemelo más pequeño que yo, debo admitir que soy más grande que mi gemelo y que mi hermano debe de verme mayor que a él mismo. Si veo que mi hermano gemelo es más pequeño que yo, y mi hermano me ve a mí más pequeño que él mismo, debo pensar que algún fenómeno hace que nos vernos mutuamente más pequeños y, probablemente, ninguno de los dos seamos menores o mayores el uno del otro. Si veo a mi hermano gemelo en la distancia lo veré más pequeño que yo mismo y él me verá más pequeño que el mismo; cuando nos acerquemos y estemos uno junto al otro nos veremos iguales: ¿Debemos pensar que la distancia altera las medidas espaciales?
El fenómeno de la contracción del espacio, aparentemente, coincide con lo que sería un efecto o defecto de observación. Observadores en distintos sistemas de referencia ven como en sus observados la medida longitudinal se contrae, la explicación más simple es la de que cuando observamos objetos que se hallan el movimiento relativo al nuestro, los vemos con sus medidas alteradas. Pero, ¿qué ocurriría si mi hermano y yo viviéramos en dos mundos distintos con distintos sistemas de medidas? Si se nos dice que existen dos sistemas de medidas distintos, que el tamaño depende de los diferentes sistemas y que mi hermano tiene razón y yo mismo también tengo razón; y al tiempo, se nos dice, que cuando los dos sistemas coinciden se unifican las unidades de medida, y mi hermano y yo, que antes éramos de tamaños distintos y contradictorios, volveremos a tener igual tamaño: aunque la lógica me diga que esto es muy difícil de creer, no se dispondrá de pruebas que lo contradigan, puesto que nos será imposible estar en ambos sistemas simultáneamente. Deberemos creerlo o no creerlo. Podremos pensar que es un defecto en nuestra observación y en la de él, pero nunca podremos contradecir al que crea que se trata de un efecto físico cierto.
Tenemos a dos sistemas (A y B) en movimiento uno respecto al otro que discrepan en las medidas de espacio y tiempo; así, si A se mueve a una determinada velocidad respecto de B. A opina que el tiempo corre más despacio y el espacio se contrae en B. Mientras que B piensa lo contrario: que es en A donde corre el tiempo más despacio y donde se contrae el espacio. Como tal efecto de observación no se cae en contradicciones y todo responde a lo que cabría esperar: A tiene su propio metro que mide 100 cm y ve que el de B mide 90 cm y B tiene su propio metro que mide 100 cm y ve que el de A solo mide 90 cm. Considerándolo como un hecho físico cierto, es imposible configurar una realidad única que hermane ambos criterios.
Incluyamos un tercer sistema (C); este tercer sistema sería equidistante desde el punto de vista dinámico, esto es, se movería a igual velocidad de A que de B. Si A y B recurrieran a ese tercer sistema para resolver sus discrepancias, este tercer sistema, que podría considerarse como juez, les diría que sus relojes marchan sincronizados midiendo el tiempo de igual modo y sus sistemas de medidas son idénticos. La opinión de este tercer sistema desbarataría la discrepancia y debería hacernos dudar de la contracción espacial observada por A y B.
Pero si seguimos insistiendo en que la contracción del espacio es un hecho físico cierto, la incorporación de este tercer sistema vendría a complicar aun más las cosas:
— Desde A: el metro de B es menos que el de A.
— Desde B: el metro de A es menor que el de B.
— Desde C: los metros de A y de B son iguales.
Tres observadores y tres puntos de vista, tres realidades distintas y contradictorias si así lo queremos considerar.